martes, 26 de mayo de 2015

Protección Solar



Con la llegada del buen tiempo es cuando nos preocupamos de la protección solar, y buscamos el protector que mejor nos proteja y se adapte a nuestras necesidades y gustos.

Necesitamos el sol, él nos ayuda a formar la vitamina D necesaria para que el calcio se fije en los huesos. El sol también nos hace estar de buen humor y es beneficioso para nuestra piel en pequeñas dosis y con la protección adecuada.




El filtro solar es la diferencia que hay entre una crema normal y una crema solar. Existen 3 tipos de filtros: filtros químicos, físicos y biológicos.

Filtros Químicos: Son sustancias sintéticas casi todas derivadas del petroleo. Estos filtros actúan penetrando en la piel, algunos de esos filtros son cancerígenos y otros actúan como disruptores endocrinos.

Filtros Físicos: Son polvos minerales que actúan como si fueran un espejo, no penetran en la piel, reflejan la radiación solar impidiendo que la piel la absorba.

Filtros Biológicos: Son filtros que provienen de aceites vegetales, que además de hidratar actúan como filtros contra los rayos UV. Aceites como el de Karanja, Aguacate, Karité, Coco, Germen de Trigo, Aloe Vera, etc.



Antes de la exposición solar

Previamente a la exposición al sol, conviene seguir las siguientes pautas de actuación:

  • La piel debe estar correctamente hidratada y limpia (sin maquillaje).
  • Evitar el uso de productos que contengan alcohol y perfumes (colonias, desodorantes), que pueden dar lugar a manchas oscuras en la piel.
  • Elegir el fotoprotector más adecuado según el fototipo cutáneo, teniendo en cuenta las condiciones ambientales (estación del año, situación...), tipo de piel y lugar de aplicación.


Durante la exposición solar

En el transcurso de la exposición al sol, las pautas a seguir serán las siguientes:
  • Evitar tomar el sol o aumentar la protección entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde, en zonas de gran altitud, en lugares próximos al Ecuador.
  • Recordar que el agua, la nieve y la arena reflejan los rayos solares, aumentando los efectos sobre la piel. Pueden producirse quemaduras incluso a la sombra.
  • Emplear una fotoprotección más alta en las primeras exposiciones solares y aumentar progresivamente el tiempo de exposición, aunque la piel esté bronceada hay que seguir protegiéndose.
  • Se deben extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol: cara, cuello, calva, escote, orejas y empeines. La protección de los ojos con gajas de sol adecuadas, de los labios con lápices o barras fotoprotectoras y del cabello con sombreros o productos específicos, son buenas medidas preventivas.
  • Utilizar el fotoprotector incluso en los días nublados.
  • Ingerir abundante líquido, para compensar la pérdida que se produce en la exposición solar.
  • Aplicar el fotoprotector cada 2 horas y siempre después del baño o excesiva sudación.
  • Evitar las pulverizaciones de agua durante la exposición.



Después de la exposición solar

Cuando la exposición al sol ha concluido:
  • Hidratarla piel después de una ducha de agua tibia, para recuperar la pérdida de agua y prolongar el bronceado.
  • Para evitar el envejecimiento de la piel, deberán cuidarse especialmente la cara, las manos y el contorno de ojos con productos específicos.

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